Marvin Duran es un diseñador venezolano a cargo de la marca Marvin y Quetzal.
Marvin Duran estudió diseño en Venezuela y ha desarrollado su marca en México. Antes era un dúo mexicano-venezolano junto con Quetzal, que ahora ya no está presente.
¿En quién piensas cuando diseñas?
Me han hecho esa pregunta varias veces, y la verdad es que no pienso en nadie cuando diseño. Empiezo a pensar las cosas que me gustan y de ahí lo llevo a hombre o a mujer, pero no pienso precisamente en quien llevaría mi ropa cuando la diseño.
¿Cuáles son los límites entre Arte y Moda?¿Cómo los marcas tú?
Creo que el límite lo pone cada quién. Existen diseñadores que hacen cosas súper conservadoras y que jamás se arriesgan a nada que tenga que ver con arte y por otro lado está la gente más experimental. Yo por ejemplo soy bastante experimental, me gusta muchìsimo el arte, lo que me da muchísimas influencias y así puedo jugar con la moda para llevarla un poco más allá.
¿Cuál es la relación entre tus diseños y la sociedad mexicana?
México tiene una sociedad bastante conservadora pero eso es lo emocionante de mi trabajo, siendo tan experimental, me gusta causar sensaciones, me gusta cambiar las perspectivas de las personas y disfruto muchísimo haciéndolo. No me da miedo lo que pueda pensar una persona conservadora de mi trabajo, me da mucha ilusión poder impactar y cambiar.
¿Tratas de resolver tus inquietudes al diseñar?
Lo hago pero más bien filtrándome a mí mismo. El mensaje que quiero dar al público no es algo que esté pasando, es más de como yo percibo las cosas y cómo las transformo y las edito. Las cosas que suceden en el mundo forman parte de cada colección y cosa que haga. Es inevitable no sentirme afectado por lo que está pasando alrededor de mí.
¿Hacia dónde quieres ir con tu marca?
En un principio Quetzal y yo empezamos con este proyecto porque siempre hemos tenido una pasión por la moda y el arte, nunca pensamos en el futuro porque es muy difícil pensar en éste, ya que no existe. Hemos tenido más proyección trabajando en la temporada para poder vender en más partes del mundo. De hecho Marvin y Quetzal se ha vendido en varios lugares: Londres, Montreal, Los Angeles y hay planes de vender en Tokio y en Italia. Quiero que se vuelva una marca comercial y expandirme mucho más.
¿Tienes alguna anécdota de tu infancia que se relacione con la moda?
Desde chico tenía una inclinación a la moda, desde chavito me gustaba la ropa, sobretodo tenía una fijación por los zapatos. Desde los cinco años me encantaba que me llevaran a las zapaterías, siempre veía los zapatos más raros; me gustaban los de señor con piel de cocodrilo o los de charol. Recuerdo que me gustaban mucho los portafolios de adulto y siempre llevaba uno a la escuela. En la escuela siempre hacían referencia a mi look, por ejemplo en el boletín siempre me ponían que sobresalía en eso. No me ponían nada más.
Fumas:
No
Libro Favorito: Relato de un Naufrago
por Jóse Manuel De-Pop
¿Cómo encontrar talento verdadero cuando todos tenemos acceso a tener una cámara fotográfica? Es una pregunta común del ámbito popular; tal vez responderla nos lleve a un largo debate sobre el camino del arte moderno y la fotografía. Wolfgang Tillmans es una especie de respuesta a este "interminable" debate, pues no sólo su trabajo propone una perspectiva diferente dentro de la fotografía, sino también su museografía. Tillmans no teme de aquellas visiones conservadoras sobre la técnica fotográfica, ya que no sólo usa cámaras profesionales, sino todo tipo de artefactos que le permitan retratar y abstraer aquellos pequeños momentos, aquellos puntos ciegos que encuentra en su vida cotidiana. Las exposiciones de este fotógrafo representan toda una ruptura en el mundo de las galerías, pues expone las fotos en el formato en el que fueron tomadas, es decir, expone las fotos que toma con cámara desechable pegadas con cinta adhesiva o tachuelas en las paredes de las galerías o museos en los que expone. Vale la pena revisar la obra de este fotógrafo, ya que nos enseña que con cualquier formato y en cualquier momento, se puede lograr una verdadera fotografía en términos de composición y estética, y lo que considero lo más importante, que a veces hay que saber cómo romper las reglas, siempre y cuando el resultado valga la pena. 
